CULTURA | 13 JUL 2025

DESDE ECUADOR

¿DÓNDE NOS UBICAMOS?

Esta nota nos invita a pensar , sobre nosotros y sobre nuestra identidad, una identidad construida con valores propios y no impuestos por la dominación, nuestra mejor historia , deseos y anhelos, nuestras mas profunda necesidad de ser libres.




Por Pedro Pierre

La gran mayoría de las personas no saben dónde están ubicadas y ni se lo preguntan. No es que han perdido el rumbo de su vida: Es que nunca lo han tenido, en particular los empobrecidos, por razón de sobrevivencia alimenticia. La realidad es que, cuando nuestra vida no tiene rumbo, otros se encargan de ponernos uno sin que nos demos cuenta. Eso es el gran logro perverso de los grandes medios de comunicación, las redes sociales y, actualmente, la ‘inteligencia artificial’: conducirnos adónde quieren ellos sin que tengamos conciencia de aquello. Si no nos ubicamos, otros se encargan de eso y por el beneficio de ellos. Eso es uno de los grandes desafíos de nuestra época: no tener rumbo en la vida, no tener un proyecto de vida, de fe, de sociedad. Así andamos esclavos de un sistema que nos hace creer que somos libres y que mañana, siempre mañana, vamos a hacer felices.

Preguntémonos por qué motivos vivimos sin rumbo. La respuesta es porque no estamos conectado adecuadamente con la realidad: la realidad personal y la que nos rodea. En la mayoría de los casos repetimos los que los medios de comunicación nos van diciendo. Y lo creemos sin más. No hemos hecho el aprendizaje de un análisis y un pensamiento personal por diversas razones.

En nuestra familia no hemos tenido la costumbre de conversar un poco detenidamente cómo nos sentimos, como nos organizamos, qué nos proponemos, por qué motivos no nos sentimos bien. Luego en la escuela hemos tenido que entrar en los horarios y las temáticas que están decididos de antemano. Pero no se toma en cuenta lo que nos pasa personalmente, en familia, entre alumnos, como también los que pasa en nuestro entorno inmediato local o provincial. La vida real no es parte de las temáticas escolares.

La religión nos atrapa en su red sacramental, sus fiestas acostumbradas, sus devociones seculares. En la gran mayoría de los casos, todo esto no tiene nada que ver con nuestras situaciones personales ni la realidad que nos rodea. Otros han decidido por nosotros y la obligación es entrar en el molde social, escolar y religioso que nos rodea.

Cuando pasamos a la adolescencia y a la juventud ya los medios de comunicación, ahora el celular y pronto la dicha ‘inteligencia artificial’ nos han preparado el lugar que tiene que ser el nuestro. No nos invitan a pensar sino a aceptar lo que, según ellos, nos toca pensar y hacer en la gran ‘comunidad’ nacional. ¿De qué comunidad se trata? No importa: Ellos nos dicen que saben y nos van a conducir de la mejor y más linda manera.

Llegamos a la vida adulta donde es difícil encontrar empleo. Nos preparamos para una profesión, pero no se encuentra trabajo. Las diversiones y la vida sexual nos llevan por caminos imprevistos. No importa: “Así es la vida”, nos dicen. Si nos ponemos tensos… “Hay que migrar. Allí está la solución”, nos vuelven a decir. Y obedecemos porque no sabemos más qué hacer. ¿Funciona, no funciona? No importa. Llegaron los hijos: “¡No se preocupen! Van a salir adelante.” … No se sabe adónde y seguimos sin saber adónde vamos a parar… Además, las modas, las diversiones, los chats, los amigos de chupa y las amigas de vanidades no nos dejan pensar ni decidir otra cosa que lo que se repite cada día. Y seguimos. Y seguiremos… hasta que un día todo se termina en el cementerio. ¡Qué  clase de vida es esa!