CULTURA | 22 SEP 2025

LO QUE SOMOS Y LO QUE QUEREMOS SER

Funciones del Estado Semicolonial

En este momento histórico, viene bien un poco de historia, y de un momento determinado, de una película larga que lleva mas de 200 años y una mirada critica de la misma, para poder ubicarnos en una actualidad que nos es hostil al pueblo argentino y fundamentalmente a las mayorías.




MILCEADES PEÑA (*) 

Los mejores políticos de la burguesía argentina como Pellegrini y Roca —que fueron grandes amigos del imperialismo inglés— tuvieron conciencia de que cierto grado de "capitalismo de Estado", vale decir de empresas explotadas por el Estado, era vital y necesario para negociar con el imperialismo. En 1687, el gobierno de Juárez Colman vendió las Obras Sanitarias de Buenos Aires a un sindicato inglés encabezado por Baring Brothers. Posteriormente, al llegar Pellegrini a la presidencia de la Nación, logró anular el contrato y retomar las Obras a la Nación. El general Roca, que se encontraba en Europa, se opuso a la venta y escribió: "A estar a la teoría de que los
gobiernos no saben administrar, llegaríamos a la supresión de todo gobierno por inútil, y deberíamos poner bandera de remate a la Aduana, al Correo, al Telégrafo, a las Oficinas de Rentas, al Ejército y a todo lo que constituye el ejercicio y deber del poder." (Rivera Abstengo, 457).
Evidentemente, Roca y Pellegrini comprendían que "poner bandera de remate a todos los servicios públicos era el camino más seguro para perder la relativa capacidad de maniobra con que la burguesía argentina contaba para negociar con el imperialismo. Pero los gobiernos oligárquicos tenían pocas posibilidades de utilizar esa comprensión, porque la falta de respaldo popular los tornaba impotentes ante el capital imperialista. Al presidente Luis Sáenz Peña, que tuvo la ocurrencia de hacer investigar las finanzas de los ferrocarriles ingleses, las empresas lo dejaron sin ministros y sin Congreso. Yrigoyen, en cambio, podía atreverse a afirmar que "el Estado debe adquirir una posición cada día más preponderante en las actividades industriales que responden principalmente a la realización de servicios públicos" (Mensaje al Congreso de la Nación, octubre 16, 1920.) puesto que el amplio apoyo popular con que contaba le otorgaba cierta independencia respecto de la embajada británica y los directorios de las empresas extranjeras.


El gobierno de Yrigoyen realizó o intentó realizar una política de intervencionismo estatal para salvar la ganancia de la burguesía argentina y en especial la renta de los terratenientes, en momentos en que descendían los precios agropecuarios, se desvalorizaba la tierra, etc. Se apoyó a los chacareros con medidas tales como la distribución de semillas (ya realizada por los gobiernos  oligárquicos en 1897, 1911, 1912, 1914, etc.) o la reducción de los arrendamientos y la prórroga de los mismos. Pero la medida básica para salvar la economía del campesino, darle la tierra en propiedad, nunca fue ni siquiera esbozada. La baja de los precios agropecuarios al término de la guerra crea una situación difícil para la burguesía terrateniente, agobiada por pesadas deudas. Yrigoyen no intentó aprovechar la coyuntura para expropiar las desvalorizadas tierras y entregarlas a los campesinos. Procedió a salvar la renta de los terratenientes mediante una liberal política crediticia, y con ese objeto proyectó la creación de un Banco Central que no se concretó (Frondizi, Petróleo, 77).

La dislocación del mercado mundial producida por la guerra había indicado a la burguesía argentina la necesidad de aventurarse en empresas hasta entonces reservadas al imperialismo, como el transporte marítimo y la construcción de barcos. Para la nueva empresa el capitalismo argentino contaba con la colaboración del capital financiero internacional. En 1919 los más destacados representantes de la burguesía argentina y del capital imperialista con intereses en el país proyectan radicar en el país la industria de las construcciones navales mercantes con el propósito de "preparar al país para bastarse a sí mismo" (La Época, Bs. As., febrero 21, 1918.), y reciben amplio apoyo gubernamental. Apoyando este tipo de desarrollo de la economía nacional, en base de la conjunción del capital extranjero con el capital nativo, con predominio del primero, continuaba Yrigoyen la política tradicional de la burguesía argentina, que de ese modo había desarrollado los ferrocarriles, los servicios públicos y en general todas las industrias del país.

(*) Historiador y sociologo, editor y traductor , mlitante de orientacion trokista, nacido en La plata (12/05/1933- 29/12/2065)