La llamada década infame en la Argentina empieza con el golpe de Uriburu a Hipólito Irigoyen el 6 de setiembre de 1930 y culmina el 4 de junio de 1943 con la Revolución nacionalista surgida de un golpe militar de dónde emerge la figura del Coronel Perón.

Luego de la semana Trágica y la Patagonia rebelde fue el conflicto obrero-patronal más importante antes del surgimiento del peronismo. 

En la década del 30 el anarquismo perdió representatividad en el Movimiento obrero y surge el Partido comunista argentino como fuerza potente dentro del Movimiento obrero. Este período histórico de la década infame es llamado así por el fraude electoral y por el humillante pacto Roca-Runciman.

Es el comienzo de un período de industrialización sustitutiva de importaciones.

Está huelga se fue extendiendo por todo el país y abarcó a 60.000 obreros de la construcción primero y después de tres meses, pues empezó en octubre de 1935, produjo 48 hs de huelga general el 7 y 8 de enero, de 220.000 trabajadores. De está huelga, que trascendió en varios países, emergió la figura del sindicalista comunista Rubens Iscaro que luego fuera hasta su muerte uno de los principales dirigentes del PC argentino.

Rubens Iscaro

La huelga se levantó con victoria obrera el 27 de enero de 1936, tras 96 días de duración. Se liberaron a todos los detenidos, se pagaron los salarios caídos, se pasó de jornadas de 11 a 14 horas diarias a 8 horas, se formaron comisiones internas por obra y paritarias para discutir salarios y condiciones de trabajo. Se reconoció a la Federación, que fue un sindicato verdaderamente nacional de la construcción, se retomaron prácticas de acción directa heredadas de experiencias anteriores: piquetes contra rompehuelgas, movilizaciones callejeras, métodos de autodefensa, de solidaridad activa.

La clase obrera recupera su presencia después de una larga lucha donde tuvo que enfrentarse a la policía y a la Legión Cívica (fascistas). Se hicieron durante el conflicto grandes concentraciones y actos en Plaza Once y el Luna Park. Los obreros redescubrieron que la lucha era el camino para recuperar derechos y conseguir otros nuevos.