viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº1326

Economía y Política | 10 ene 2021

Por Sandra Russo

¡BASTA DE SUBVENCIONAR AL ENEMIGO!

La verdad es que muchos empezamos a sentir que es tiempo de decisiones más audaces.


Como todos ustedes o como muchos de ustedes habrán visto hubo un pase de «gurkas» de los canales de aire al diario La Nación. Parece que uno de los nuevos socios es Macri, y esta semana hubo una nota de Majul, que uno la vio por las redes, donde había una ilustración de Cristina con una soga en el cuello, como una correa de perro.

La nota no la leí, uno no va a perder un instante de su vida en leer a alguien como Majul, pero todos sabemos que la pauta publicitaria se reparte en virtud de una ley, absurda, completamente, absurda, que dice que cuanto más grande es un medio más pauta hay que ponerle.

En realidad, si el criterio fuera la democratización de la palabra como es la idea que hicimos nuestra la década pasada y, aunque hayan tirado abajo la ley, seguimos pensando que no vamos a encontrar grandes capitalistas que se interesen en montar grandes medios y que vamos a seguir necesitando de estos medios pequeños, de los medios que van surgiendo en los márgenes, en la periferia.

Pero nos encontramos con este absurdo de que la pauta publicitaria se dirige hacia los que no la necesitan porque ya tienen a los bancos, a las petroleras, ya tienen a los buitres, ya tienen muchos auspiciantes, ya tienen a los supermercados, tienen a las grandes cadenas de farmacias y, encima, tienen al Estado que -por ley- está obligado  a darle más publicidad a los medios cuanto más grande sean.

Si estamos pensando el mundo tal como lo venimos pensando, desde hace ya mucho tiempo, ¿qué es lo que pasa que eso no se revierte y no se da vuelta? porque tendría que ser, realmente, al revés.

La pauta publicitaria tendría que darle impulso y empuje a los medios que no tienen ese capital, ni tienen tampoco la pauta privada para generar qué.

Atrás de esto que estoy reclamando, reclamo que circulen los mensajes con la misma potencia que es lo que no podemos lograr desde hace mucho tiempo.

Nunca lo hemos hecho, nunca hemos podido y sería un muy buen paso antes que una nueva Ley de Medios.

Yo ya estoy harta de todo lo que no se puede hacer por la «correlación de fuerzas» porque, además, mientras no lo hacemos, la correlación de fuerzas se va haciendo cada vez peor.

Entonces, por lo menos, revisar estos «sin sentido» que hacen que nuestros impuestos vayan parar a Clarín, a La Nación, a Infobae, Canal 13.

¡Basta de subvencionar al enemigo!

Porque la verdad que no enganchan más con la realidad, el sentido, el concepto de lo que es ya, la libertad de expresión.

No engancha más porque lo que estamos escuchando en esos medios son mentiras, son operaciones, son las noticias falsas, son ridiculizaciones o, en este momento de pandemia, directamente, atentados contra la salud pública, poniendo en valor cuestiones que no están comprobadas por el ANMAT o desconociendo la palabra, el sello, la importancia del sello de la aprobación del ANMAT.

Entonces uno termina un poco confundido porque puede ser que la correlación de fuerza no dé para nada demasiado grande, pero para algo debería alcanzar.

Y estamos rodeados.

La verdad es que estamos rodeados por un montón de cosas como estas, que estoy ejemplificando, porque la verdad es que, después de ya, más de un año, uno ve que todo sigue como estaba, que los que se forraron diciendo mentiras durante los cuatro años de Macri, (y antes también durante los ocho años de Cristina), siguen gozando de privilegios y la Democracia no es eso, la verdad que no.

La verdad es que eso, no es democrático.

Que Clarín cobre más de un palo de pauta publicitaria para bombardear al Gobierno no es democrático.

No sé si a la presidencia le parecerá democrático, a mí no me parece democrático.

Va de suyo que uno apoya a este Gobierno y lo va a apoyar hasta las últimas circunstancias mientras haya señales de que el Gobierno es el que votamos, obviamente, pero la verdad es que muchos empezamos a sentir que es tiempo de decisiones más audaces.

Ayer cuando vimos las restricciones -estamos de nuevo como en el pico de agosto- no es ninguna novedad, uno veía relajamiento, uno veía acá en CABA las fiestas clandestinas, no eran clandestinas, eran solamente, fiestas, de clandestinas no tenían nada. porque a la policía de la ciudad ni se le ocurre clausurar.

¡Cómo se le va a ocurrir clausurar una fiesta si son los “adalides” de ese tipo de libertad!

Cuando uno habla de libertad hay que volver a hablar de todos los rellenos que tienen las palabras, porque libertad era lo que estaban reclamando los zombis que intentaron copar el Capitolio de los Estados Unidos, esos son los abanderados de la libertad que acá defiende el PRO.

Libertad de ponerse una camiseta que diga “Seis millones no fueron suficientes”, refiriéndose al Holocausto.

Esa libertad es la que propugnan estos que se llaman libertarios y que de libertarios no tienen nada porque los verdaderos libertarios tienen que estar revolviéndose en sus tumbas.

Los que ya se murieron, cuando ven que estos libertarios de pacotilla, que tenemos acá, se asocian con nazis y se asocian con fascistas.

Porque como nos explicaba, en el pasado programa, Pascual Serrano, ahí hay una pinza de contradicción en tanto y en cuanto los nazis reclaman la libertad de matar judíos, mirá que linda libertad, a eso también hubo gente que le llamó libertad.

Los libertarios reclaman la libertad de salir a contagiarse, desparramar el virus y que se siga muriendo gente.

¡Mirá que libertad!

A eso le llaman libertad.

A esos es a los que dice Patricia Bullrich: “Yo estoy para bancar”.

Esa mujer que celebraba que la policía disparara por la espalda a pibes de los sectores populares que es la que está diciendo: “Yo estoy acá para bancar a los pibes y para que no los estigmaticen”.

Pero dejame de joder Bullrich, la verdad, ya uno no está para soportar más discursos de esos .

Me indigna  esta distribución antidemocrática de la pauta publicitaria porque eso es lo que permite que un medio se fortalezca, que tengo las herramientas necesarias para no estar viendo si le funciona el sistema, si no le funciona, si se cae el sistema o si no se cae.

La mitad de la gente trabaja gratis y entonces no podés exigir lo que en un periodismo profesional, como el que estamos ejerciendo nosotros hace décadas, se exige porque hay un salario y es un trabajo.

En los medios comunitarios, en los medios alternativos, muchas veces, el salario no existe porque no hay dinero y tampoco hay pauta y esa pauta se va a para a los que mienten y a los que bombardean la democracia.

Entonces, bueno, vamos a empezar a hablar un poco más claro.

Si no entienden los eufemismos, vamos a empezar a hablar más claro, total si ¿qué vamos a perder? si no nos dieron trabajo en los medios convencionales.

Lo bueno cuando no tenés nada que perder es que sos libre.

Podés decir cualquier cosa, podés decir lo que tenés en la cabeza.

Eso es una forma de libertad, por suerte los que hemos trabajado en medios de comunicación, -en mi caso hace 40 años-, hemos encontrado, con el correr de las épocas, diferentes medios en los que hemos podido decir lo que teníamos ganas y necesidad de decir, lo que nos parecía justo decir.

Pero no todo el mundo ha tenido esa suerte.

Yo no sé si todos los trabajadores de Clarín están contentos de trabajar en Clarín o de La Nación, me parece que debe haber muchos nauseosos ahí adentro, pero ese es su trabajo.

Por eso nunca hay que confundir a las empresas periodísticas con los trabajadores de prensa.

Muchos están ahí porque tienen que mantener a sus familias y porque no hay trabajo en los medios de comunicación.

Los únicos medios de comunicación que pueden pagar salarios dignos son los medios de comunicación mentirosos.

Son los que han hecho el lawfare, son los que han sido mafiosos y lo siguen siendo y este Gobierno les paga la pauta para que lo bombardeen y lo petardeen y eso es lo que no entendemos de este Gobierno y quisiéramos entenderlo porque lo defendemos.

Pero vamos a hablar claro porque un año es mucho tiempo y las cosas van empeorando.

Y ahora vamos a tener que escuchar de nuevo: La “infectadura”, la cuarentena más larga del mundo etc., etc., etc.

Con esto voy redondeando porque podría estar dos horas hablando, con la indignación que vengo juntando porque ustedes no saben lo que es estar 9 meses confinada con dos perros salchichas, no lo saben, eso lo sé yo solamente.

Ayer escribí un pequeño artículo para mi portal que se llama Dejámelo Pensar (dejamelopensar.com.ar), que se llamó “La cuarentena más larga del mundo es la de Milagro Sala, no jodan”.

La verdad, es que se están por cumplir cinco años desde que la metieron presa con trampas, con mafia, con lawfare.

(Hay mucha gente que en el Facebook me protestaba: “¡Eh! Pero hablá en castellano”)

Bueno no hay una palabra en castellano para decir lawfare, aprendan lawfare, no hay tiempo ahora, eso era otra discusión, después lo podemos discutir sí, pero la batalla cultural, pero la batalla cultural ahora no pasa por no decir lawfare.

El lawfare es la manipulación maliciosa del Poder Judicial, la mafia apoderándose del Poder Judicial como pasó en Jujuy, como pasa en Comodoro Py, como pasa en la ciudad de Buenos Aires.

Mientras haya presos políticos, a los que el Gobierno no les dice presos políticos, tener a estos nenes de mamá que no pueden vivir sin la cerveza y sin la fiestita de los sábados a la noche mientras después vuelven a sus casas e infectan a sus abuelos, la verdad, a mí ese tipo de libertad me suena a estupidez.

Primero, liberemos a los compañeros, a los más de 40 compañeros que están presos y detenidos, ilegalmente, o en sus casas, pero sin saber cuándo llegará la venganza y cuándo llegará el momento de dar otra señal de capacidad de daño, que es lo que hace la parte podrida del Poder Judicial, y después hablemos de la libertad de salir a tomarse una cerveza.

No mezclemos tanto las cosas, no mezclemos, no banalicemos tanto las cosas.

Los quiero ver a esos pibes que defienden la libertad de tomar una cerveza si tuvieran que pasar, no te digo 5 años, un mes en cana por una causa inventada a ver qué pasa.

Bueno, como verán vengo cargadita, así que vamos a ver si nos vamos relajando, pero tenía ganas de comentarles todas estas cosas porque sé, además, que del otro lado hay mucha gente que está sintiendo cosas parecidas y a cada rato es bueno reencontrarse con el estado de ánimo que tenemos cada uno.

SR/

Fuente: NAC&POP

(1) Esta nota de la querida y valiosa compañera Sandra Russo, la hemos desgrabado con la colaboración de la escritora María Salomé Llorente de la columna de Sandra difundida por internet.
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