jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1304

Economía y Política | 20 jul 2021

Por Ricardo Alonso

Los Puertos, el desafío inminente del gobierno si en verdad quiere potenciar la Industria y la Producción

Publicamos este artículo original del editor del portal Informe Marítimo, Ricardo Alonso. Compartimos su análisis y propuestas.


No se puede pensar una actualización del sistema de transporte, sin repensar el rol de los Puertos Argentinos. Es como querer comerse el alfajor sin retirarle el envoltorio. Son complementarios y es necesario tener una mirada general y estratégica sobre el sistema portuario nacional.

La Ley de Puertos 24.093 de 1992, disolvió ese sistema portuario nacional que, a pesar de sus defectos, mantenía una visión federal de los mismos.

Se pretendió copiar el sistema portuario español, pero se lo hizo muy mal. Es verdad que los puertos españoles tienen gestiones autónomas, pero guardan una autoridad nacional que los regula. Un detalle que no fue tenido en cuenta, fue que al momento de la gran “revolución” portuaria española se había constituido la Unión Europea y la lluvia de subsidios cayo generosamente sobre la infra y súper estructura portuaria vista estratégicamente como una de las puertas de ingreso a Europa.

En la Argentina se entendió como “autonomía de gestión” el desentenderse de los puertos, la privatización de terminales y el desmembramiento del sistema federal portuario.

La ley de actividades portuarias, atomizo el sistema portuario, poniéndolo en competencia entre sí. Y subordinándolos a las decisiones locales, en la mayoría influidas por el sector privado con intereses en esas localidades o en esos puertos.

Los defensores de las decisiones tomadas por los años 90, dicen que esto fue lo que genero mayor eficiencia en los servicios portuarios, y eso, es una verdad a medias o selectiva, porque en realidad, la eficiencia, se logró por el sistema de gestión autónoma, pero careció de una visión estratégica de cómo se gestiona la logística en el país.

La autonomía fue clave para administrar sus recursos y generar inversiones . También es verdad que esto solo se vio en los puertos más grandes, el resto debieron ser socorridos permanentemente por el Estado (nacional casi siempre).

Muchos puertos fueron absorbidos por empresas privadas y otros fueron perjudicados por los grandes puertos, donde se radicaron las compañías multinacionales.

Estas cuestiones se pudieron ver en los puertos del litoral que quedaron en desventaja con los desarrollos portuarios de los países limítrofes, o de provincias limítrofes, perjudicando las producciones regionales y los pequeños productores.

Hoy se trabaja fuertemente en el desarrollo de puertos como Barranqueras, Concepción del Uruguay o Corrientes para recuperar su capacidad operativa y esto, requiere de fuertes inversiones para el Gobierno Nacional. Inversiones que podrían haber sido mucho menores si el estado no se hubiera retirado hace más de 25 años.

Algo parecido sucedió con los Puertos Patagónicos o con algunos puertos del litoral bonaerense.

Es muy importante concientizar y trabajar sobre la federalización de las vías navegables pero también del sistema portuario, lo que no significa quitarles a las provincias sus puertos, sino integrarlos a un interés regional y nacional.

Hay sectores interesados en bajarle el precio a una medida importante pero no suficiente como  ha sido la decisión de darle el manejo de la vía troncal navegable Paraná-Paraguay a la Administración General de Puertos por 12 meses. Lo importante será que las autoridades nacionales, en el transcurso de ese período, vallan proyectando darle mayor volumen a la vía navegable y mayor control por parte del estado.

No ha gustado a las provincias esa decisión, esencialmente porque entregan en manos del centralismo capitalino la gestión de la vía navegable por donde pasa el 80 % de la producción argentina, generada en las provincias.

Este proceso debe ser transitorio, pero esencialmente debe servir para garantizar la complementariedad del sistema fluvial y marítimo. También para recomponer una autoridad portuaria nacional que diagrame la estrategia de transporte. En esa autoridad deben participar las provincias para transmitir y establecer necesidades regionales.

No se trata de estatización (no se puede estatizar lo que ya es del estado) como se pretende instalar en algunos medios, se trata de direccionar una estrategia nacional para lograr la mayor eficiencia en la logística del transporte multimodal.

En la Argentina, y ante la carencia de una estrategia en el transporte de cargas nacional, han surgido iniciativas que intentan minimizaran esas falencias en la logística. Así han crecido los Puertos Secos o las Zonas Francas. Es obligación del estado tomar todo lo hecho (mal o bien) en estos años y organizarlo en función de las necesidades reales de la Producción y la Industria que serán las actividades que garantizarán el crecimiento continuo.

No hay país productor e Industrializado que no desarrolle un sistema integrado de su transporte carretero, ferroviario, fluvial, marítimo y aéreo.

Por Ricardo Alonso 

 

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