Hoy se cumplen 30 años de la aprobación y puesta en vigencia de la reforma constitucional de 1994. La misma es producto del Pacto de Olivos de 1993, nombre con que se conoce la componenda entre el ex presidente Carlos Menem con el ex presidente Raúl  Alfonsín, que le permitió al primero  la reelección  presidencial inmediata y el tercer senador por la minoría, que era el objetivo esencial de ese pacto. Cómo incorporación muy positiva a dicha reforma podemos mencionar la inclusión a  la jerarquía constitucional de los pactos internacionales y cómo negativa la incorporación  del dominio originario de los bienes comunes (recursos naturales) al dominio de las  provincias,  debilitando la capacidad de negociación con inversores extranjeros y fragmentando la Nación. Las incorporaciones novedosas y presuntamente democratizadoras como el jefe de gabinete y el Consejo de la Magistratura no funcionaron como verdaderas mejoras. A 30 años de la reforma que convalidó una vez más el negacionismo de la gran constitución " maldita" de 1949, debiera ser sustituida por una nueva constitución con un previo debate nacional sobre los ejes fundamentales a considerar en la Convención constituyentes posterior , en dónde se recuperen los aspectos positivos, esenciales y actuales de la Constitución de 1949 , se analicen las constituciones bolivarianas del siglo XXI y por qué no las constituciones de Nicaragua y Cuba y cosas nuevas, no tratadas en ninguno de estos antecedentes y que el pueblo y sus representantes consideren de necesaria inclusión.

Hipólito Irigoyen Secretario General- Santiago E Ali Brouchoud Asesor General- Carlos Macchi Secretario de Teoría y Programación