Economía y Política | 7 sep 2024
Cuando todo se derrumba
¿La próxima oportunidad electoral será una salida para el pueblo?
Hoy hay que pensar en una salida antagónica al actual modelo, porque el modelo de la clase domínante en cabeza de Milei como todo modelo de minorías es un modelo de carencia o sea de hambre, de persecución o sea fascista y como consecuencia de muerte como lo fue el de la dictadura de Martínez de Hoz. La democracia es el medio que permite ordenar la lucha política entre adversarios pero se desvanece en su inoperancia cuando la minoría del privilegio nos arrincona a una subsistencia miserable. Negarnos a tener nuestra propia representante (Cristina F de kirchner en las elecciones pasadas), por temor a que la condenen, es negarnos la democracia en su forma más genuina. Milei y la banda de ladrones históricos de la argentina que lo encumbraron y lo bancan, no admite adversarios, por lo tanto el andamiaje democrático pasa a ser en parte una cascara vacía. La ideología neoliberal nos indica que la única salida es individual, por lo tanto como en los 90 para muchos la única salida después de la catástrofe del plan económico en curso será Ezeiza y la ideología para los que no tienen otra opción que quedarse en el país debe ser aquella que nos lleve a una lucha colectiva.
Es importante dejar de apostar a la salida electoral como el único remedio al escape del calvario neocolonial e irremediablemente fascista que se nos impone, para poder cambiar verdaderamente la realidad de nuestro pueblo. Esta vez no se sale únicamente con una derrota electoral aplastante sobre la máscara Milei, si es que ello es posible, sino con la construcción de un pueblo distinto al que nos trajo hasta este punto histórico. La derrota popular se produce vía violencia armada a partir del golpe militar de 1976 y se consolida durante la democracia en la derrota electoral del 2015. Se paso de las fuerzas de las armas a la suavidad de la ideología impuesta en un periodo democrático donde se trunco el desarrollo industrial , con atisbos de cierta independencia para abrirnos a las “fuerzas” del mercado y sus dependencias políticas y económicas, bajo la opresión de la deuda externa y sus intereses. Donde los antagonismos se atenuaron para dar paso a una distribución de ingresos más regresiva, consolidando núcleos de pobreza de generación en generación o sea terminado con la movilidad social ascendente. Muchos dirigentes actualmente y en especial algunos que han ocupado cargos legislativos, aunque no estén pensando en el momento electoral, siguen impregnados de un lenguaje y modelos mentales que conducen a la vía institucional como la salida más viable a la catástrofe social, sin advertir que se trata de un medio y no un fin. ¿Alguien no se percato como cayo la ley de medios?; ¿Donde estaba su debilidad? ; ¿ Con que instrumento se la derribo?. ¿ O alguien no se dio cuenta porque la restricción del acceso a la información pública puede imponerse sin ningún tipo resistencia institucional? En este último caso parece quedar muy obsoleta la frase que se repite: “el pueblo quiere saber de qué se trata”. Es la parte privada del Estado para habilitar más delitos contra los bienes comunes del pueblo. A partir del momento que se llevaron el oro a Inglaterra y se les pregunto para qué lo hacían, es que la chantocracia implementada y sostenida por la clase dominante, se dio cuenta que su accionar anti-intereses nacionales estaba necesitado un correctivo, que siga abalando el silencio que ya les sobra desde sus instrumentos masivos de comunicación. Pero un medio aun siendo útil para decidir, como es la democracia que conocemos, no se consume únicamente en el momento electoral, sino en lograr ser “TODOS” beneficiados por las riquezas que producimos. El actual gobierno de los RICOS Y PARA LOS RICOS, está dejando sin medicamento a los adultos mayores, llevándolos a la muerte y además esta hambreando a una parte cada vez mayor de la población. El daño es innecesario pero este capitalismo no es nuevo en la humanidad, porque los capangas existen, existieron y existirán en muchas construcciones sociales, lo que es extraordinario es que el pueblo decida para ser gobernado por uno de ellos. Un empleaducho , medio gerente B de una empresa, o sea alguien que jamás respondió a un territorio, a una población, alguien que no le debe de ultima los votos a nadie, sino a tipos como Fantino y otros que lo bancaron y a sus jefes, que son los accionista y los directivos de las empresas. Continuado con la línea de la democracia, es atinado preguntarse de que se trata cuando condensamos tal expresión únicamente en un acto electoral. Surge acá evaluar si en la desventurada Venezuela no hay un mayor nivel democrático que en nuestro país. ¿Acaso Cristina Kirchner no se presento a elecciones porque temía ser condenada?. ¿En qué lugar colocamos nuestra democracia si una parte de los ciudadanos no pudieron elegir al mejor de sus representantes?. O acaso esa manera de juego violento no se puede parangonar a otra escala cuando se produce desde el exterior de un país más de 900 medidas de bloqueos, generando un daño en su economía para que ganen las elecciones aquellos que piden su intervención o nombran un presidente interino reconocido por Europa y por EEUU, sin haber ganado ninguna elección, para saquearle los depósitos que ese país tiene en el exterior acrecentando su vulnerabilidad y debilitando su gobierno. Las elecciones en Venezuela ya estaban intervenidas desde el exterior por eso nunca podían ser elecciones democráticas entre adversarios, sino entre enemigos. Y eso no existe ni es posible. Lo que generan estos contextos, que son cercos de guerra, son ahogos democraticos, se trata de imposiciones y de la hipocresía global, con un solo objetivo imperial, producir saqueos produciendo previamente Estados fallidos. Por esta razón la construcción de un pueblo nuevo surgirá desde las contradicciones de sus entrañas, y ese pueblo deberá antagonizar contra los verdugos de la dependencia y la esclavitud moderna y en cualquier variante deberá someter al capital disciplinándolo para ponerlo al servicio de las mayorías y no para producir cada vez mayor concentración de riqueza en pocas manos. Si la democracia es una cascara vacía porque no da lugar para todos, no se debe permitir llenarla con la basura neoliberal que lleva al ultraindividualismo, sino que se deberá apostar a la salida colectiva que sana los cuerpos y libera las mentes, porque construye solidaridad y cooperación.
Carlos Macchi