

Por Junior Garcia (*)
Los hijos del pueblo, hemos estado sometidos desde el mismo día de nuestro nacimiento a cargar y defender imposiciones. Nos impusieron nuestros nombres, nos impusieron nuestras creencias y nos impusieron hasta defender al explotador. Todo esto sin preguntarnos, pues no había forma, ya que, esto ocurre en las primeras horas de nacidos. “Porque así ha sido siempre y así debe seguir siendo”, decían nuestros abuelos y padres.
Aquí se demuestra lo exitoso que ha sido el sistema capitalista en lograr destruir o aletargar la conciencia de clase de los pueblos.
Como el poder hegemónico capitalista ha mantenido una fuerte influencia mediante sus principales elementos disuasorios: el educativo, comunicacional, religioso y cultural.
Ha sido tan perfecto y “orgánico” dicha influencia, que nosotros, el pueblo no nos percatemos de tal aberración y esto nos ha llevado a defender al explotador, porque de eso se trata de venderle al pueblo la sensación que, si compra una prenda de vestir o un carro del año, nos consideraremos o estaremos más cerca de pertenecer a la clase social de los explotadores.
Lo ante expuesto es el principal objetivo de las sociedades de consumo. Lo que nos lleva a defender al sistema capitalista porque creemos que al consumir esos bienes vamos a poder ser “iguales a las elites”.
No entendiendo que somos clase trabajadora, de la cual debemos sentirnos orgullosos, porque gracias a esta clase trabajadora se han logrado grandes conquistas sociales, políticas y económicas a lo largo de la historia. Anteriormente era un orgullo decir que se pertenecía a la clase trabajadora, hoy día, es prácticamente una vergüenza para algunos desclasados, que aun cuando puedan tener ciertas “comodidades” financieras, no dejan de ser clase trabajadora, pues para el que no lo sepa o se haga el desentendido, todo aquel que para poder satisfacer sus necesidades básicas deba hacerlo con el esfuerzo de su trabajo o depende de su trabajo, es clase trabajadora.
Estudie pa´ que sea alguien en la vida
En esta exitosa influencia de la hegemonía capitalista, nuestros padres fueron víctimas directas. Recordemos, lo que nuestros padres nos decían como una forma de darnos esperanza o una forma de hacer lo que ellos nunca tuvieron, la oportunidad de estudiar. Nuestros padres siempre nos decían: “Estudie pa´ que sea alguien en la vida” y con gran sacrificio y esfuerzo algunos pudimos estudiar y estudiamos y nos graduamos y logramos darnos cuenta que esa frase de “Estudie pa´ que sea alguien en la vida” la esperanza que traía inserta dicha frase tenía que ver con llegar u obtener un status social y económico que permitiera salir del “barrio”, y salir del barrio era el primer síntoma de la falta de conciencia de clase, pues en ese consejo de nuestros padres, iba inmersa la ilusión de una mejor calidad de vida solo desde el punto de vista económico, individualista.
Pero algunos al estudiar nos dimos cuenta que no había que estudiar para ser alguien en la vida, ya que, desde el mismo momento de nacer éramos alguien, seres vivos, pensantes, con capacidad para transformar nuestro entorno, pero por esa falta de conciencia, creímos por muchos años que para ser alguien en la vida debíamos “estudiar”. Que a la final era estudiar según las reglas impuesta por las elites, estudiar para ser esclavos de un sistema opresor, estudiar para ser direccionados por los grandes capitales, estudiar para darnos cuenta que pertenecemos a la clase trabajadora, esa clase trabajadora que por estudiar la aborrecemos, nos da pena, porque no nos sentimos parte de ella, pero que debemos trabajar 50 años para tener la sensación que nos pareceremos a las elites, solo porque compramos algo que está de moda.
Valla contradicción en la que nos ha sumergido el poder hegemónico a los pueblos. Es tal la contradicción que repudiamos, satanizamos y hasta combatimos a quienes luchan por ayudarnos a comprender quienes somos y a donde pertenecemos.
Por eso vemos, hoy día, como son atacado sin piedad alguna, desde los centros de poder capitalista las alternativas revolucionarias, multi y pluripolar que los mismos pueblos se quieren dar y algunos se están dando.
Hay una lucha por la autodeterminación de los pueblos contra la hegemonía capitalista. Pero los pueblos en resistencia nunca, nadie, jamás, los podrán vencer, tumbarán gobiernos, pero los pueblos siempre estarán allí, resistiendo, luchando, reorganizándose, avanzando. Porque a pesar de esa influencia cultural-comunicacional-religiosa hegemónica, siempre estaremos los rebeldes, los insurgentes, como diría Galeano: “los nadies” que no aceptamos esas imposiciones donde el oprimido deba defender al opresor.
Dejar claro que no se quiere con lo ante expuesto desmotivar al pueblo para que se eduque, al contrario, se busca que leamos, nos eduquemos, generemos conocimientos, pero el método, la forma de hacerlo, debe ser mediante el reconocimiento y entendimiento de ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos? territorialmente hablando y ¿cuáles son nuestras verdaderas necesidades? Para poder ser sujetos de transformación de nuestro entorno, y no “irnos del barrio” como es la concepción que nos impusieron de progreso.
Así pues, no se está en contra de la educación, sino como lo diría René Descartes “no podemos confiar en el conocimiento heredado, sin antes analizarlo con nuestra propia razón” y es exactamente lo que debemos buscar, el cuestionarnos permanentemente el ¿Por qué? el ¿para qué? Y el ¿Cómo?
Ya que, si entendemos la educación como un proceso dinámico transformador y liberador, podremos lograr las transformaciones sociales, políticas, culturales, espirituales y económicas que harán desarrollar colectivamente nuestro entorno.
Así que el estudiar es y debe ser una necesidad para el pueblo, pero ¿Qué estudiar? ¿Cómo estudiar? ¿Cuánto estudiar? ¿para qué estudiar? Las respuestas a estas preguntas están dadas por nuestra capacidad para saber que el sistema educativo tradicional fue diseñado con el fin de posicionar la hegemonía que nos oprime, entonces ¿Qué estudiar? Estudiemos nuestro entorno, nuestra realidad histórica y geopolítica, para comprender porque y como nos afecta a los pueblos lo que pase en medio oriente, lo que pase en la zona euroasiática, en áfrica, en nuestra américa, ya que, todo está conectado, ¿o es casualidad que la guerra proxi de la OTAN contra Rusia ha afectado el precio de los cereales y fertilizantes?, solo por mencionar ese ejemplo. Todo nos afecta a todos. No podemos tener conciencia de clase y mucho menos conciencia crítica sino comprendemos lo que pasa en el mundo.
¿Cómo estudiar? Desde el accionar, aprender haciendo, investigar haciendo, reflexionando y sistematizando, estudiar desde lo empírico, desde lo simple, conociendo al sujeto desde su complejidad. Colectivizando nuestras dudas, nuestra ignorancia en un tema o área, comunicando nuestras experiencias y conocimientos. Estudiar en colectivo, pero no en ese grupo tradicional que entra a un aula y alguien repite algo y el resto debe aprendérselo de memoria como si de robot se trataran. Estudiar en colectivo es socializar lo que sabemos y también lo que no, para lograr consolidar comunidades de aprendizajes donde todos aprendamos de cada quien y logremos tener amplitud de conocimientos para la solución de nuestras necesidades o problemas.
¿Cuánto estudiar? El proceso de enseñanza aprendizaje es un proceso constante, cotidiano, que solo culmina cuando dejamos de existir. El cuanto estudiar esta dado por el objetivo que se busque lograr y la comprensión que se tenga del tema a estudiar, pero debería ser tanto como sea necesario. El pueblo tiene sus formas para resolver sus necesidades, normalmente chocan con las formas establecidas por los centros hegemónicos de poder, puesto que estos solo desean la sumisión del pueblo y el pueblo busca siempre desde su cosmovisión la transformación de su entorno sin tantas reglas innecesarias y opresivas del poder creador de los pueblos.
¿para qué estudiar? Para transformar nuestro entorno, para ser libres de las cadenas culturales y comunicacionales que mantienen sumido en un letargo a los pueblos. Para poder tener conciencia crítica, para poder crear nuestra propia hegemonía del poder. Y esa nueva hegemonía no es otra que la hegemonía del poder popular.
Hegemonía del Poder Popular
Solo los pueblos en resistencia, rebeldes, insurgentes, subversivos conocemos perfectamente este concepto “Poder Popular” los grandes filósofos y pensadores de nuestra américa, salvo excepciones no tienen ni idea de esto. Pues estos pensadores o filósofos solo consideran que los grandes filósofos y los conocimientos que ayudaron al desarrollo de la humanidad solo vienen de la europea y de estados unidos, obviando la cultura y conocimientos nuestros americanos, de los incas, los aztecas y otras culturas mesoamericanas. Si solo ven como referente lo europeo es difícil, muy difícil, que puedan comprender los conocimientos y sabiduría de nuestros pueblos. Volvemos a ver como ha hecho su trabajo la hegemonía cultural capitalista.
Pero a los pueblos no podemos arrancarle de los genes esa capacidad de rebelarse, luchar, resistir y avanzar.
Hoy día, está más claro el camino en algunos países, sobre la necesidad de construir un poder popular que cree o mejor dicho recupere sus propios códigos, simbología, cultura, forma de educar, su espiritualidad, su proceso económico y productivo. Elementos que después de la llegada de los genocidas europeos a estas tierras americanas, la sepultaron para instaurar su propia hegemonía. Con todo y ello se ha mantenido desde entonces la resistencia, la lucha y la rebeldía de nuestros pueblos.
Ahora bien, desde un punto de vista práctico, ¿cómo construir e instaurar una nueva hegemonía del poder? y popular de paso. No hay una única respuesta, hay un acumulado de experiencia que según las características y circunstancias propias de cada pueblo del mundo deben ir amoldando, pero lo que debe tenerse siempre presente, es que, es imprescindible que se les den las condiciones a los pueblos de desarrollar o liberar sus poderes creadores, bajo un nuevo enfoque de relaciones políticas, sociales, humanas y espirituales que busquen consolidar un nuevo modelo de sociedad. En este sentido el Che Guevara decía que para construir poder popular era necesario desarrollar los “gérmenes socialistas” que se encuentran en el pueblo. Y la historia ha demostrado que es cierto porque en nuestros pueblos aun esta internalizado el accionar colectivo que es herencia de nuestros antepasados indígenas. Que a fin de cuenta son la base de una sociedad socialista.
Para lograr lo antes dicho, se debe primero obtener el poder político por parte de esos pueblos que han estado en rebeldía, en insurgencia, en resistencia, en la lucha pues, no es fácil esta tarea, pues entre más amenazado se encuentre el sistema capitalista más agresivo se torna contra los pueblos, pero como se mencionó antes, a los pueblos no los acaba nadie. Aquí lo importante, esta en lograr el poder político, para hacer las transformaciones necesarias y crear las condiciones donde el pueblo pueda liberar sus poderes creadores. Siempre manteniendo la vista puesta en el objetivo estratégico de crear poder popular, como sustento organizativo del estado comunal y socialista.
Y en ese proceso de construcción, ir desplazando los elementos culturales, educativos y comunicacionales del capitalismo, para volver a establecer nuestros propios elementos educativos, culturales y comunicacionales que realmente nos identifiquen y sobre todo nos solucionen nuestras necesidades.
(*) Coordinador Nacional de Formación del Frente Unido Campesinista Nacional (Venezuela).Fundador del semanario “Vanguardia Campesina” Órgano Oficial de Divulgación del Frente Unido Campesinista Nacional