

Por Carlos Valle (*)
La calle es del pueblo y el pueblo debía ocuparla desde el vamos (mientras que muchos, que no piensan y son ignorantes de la realidad, se suicidan y matan a los suyos, negándose a concurrir a votar y a hacerlo en “defensa propia”, favoreciendo los planes de todos los sirvientes del poder central y apoyando a su propio verdugo y al fraude, digital o subliminal.
Perón se arrepintió (tarde) y lo reconoció, de haber evitado el enfrentamiento, cuando contaba con las fuerzas necesarias, para evitar la consumación del golpe (por toda la sangre derramada luego); Evita había desaparecido tres años antes, sino, hubiera impuesto su impronta; pero solo él me dijo, cuanto añoraba su presencia; yo insistía (y continúo haciéndolo), en la importancia de la mujer, en todo momento; coincidía con él, en que la presencia de Evita fue fundamental, para que existiera el mayor líder de la historia; añoro a Néstor, pero no hubiera podido cristalizar sus sueños y utopías, sin la presencia de la mas grande presidenta de todos los tiempo s; pagando hoy, su entrega única, con cárcel domiciliaria, impuesta desde el eje del mal.
El patriarcado ha sido impuesto por ellos mismos, matando la hombría de bien, que reconoce a la mujer, en igualdad y a veces a la cabeza de las grandes hazañas; seguramente los ingleses hubiesen tomado Buenos Aires, si las mujeres, con sus niños ((si, niños), no los hubiesen –sin dudarlo-, enfrentado y derrotando (a “Los Invencibles”), con piedras, agua caliente y lo que tuvieran a mano y acompañando a los Liniers, Saavedra y Rivadavia, con sus noveles fuerzas.
La Defensa y Reconquista de Buenos Aires (dos derrotas inglesas y con las mujeres!); el Himno Nacional Argentino y el Sol Incaico -de rayos fulgurantes-, fueron borrados de la historia y la memoria, porque para ellos -sirvientes del imperialismo-, no debían reconocerse las derrotas de la nación pirata, ni las estrofas de la más grande Oda Patriótica -para los tiempos-, señalando que a las plantas de la Nueva y Gloriosa Nación, Coronada su Sien de Laureles se encontraba rendido un león; prohibiéndose la utilización del sol incaico, permitido, solo, para la bandera de guerra (desde Perón, volvió a ser el centro de la enseña patria.
Claro, como reiterar mil veces, las palabras de Evita, que era una mujer, aunque la Jefa Espiritual de la Nación, quien adelantó que volvería y sería millones, profetizara el pronto nacimiento (1963) de su sucesora, la cual, sin votos prestados, recibió el 55% de los votos, para bien de la Patria y de su pueblo, que vivió (durante doce años y medio), los años más felices.
Posternadose, quieren ser virreyes de la infamia, el genocidio y el saqueo; los argentinos nunca fuimos monárquicos (de haberlo sido, las reinas podían ser: Remedios del Valle -una gloriosa mujer de pigmentación negra-; Pascuala Cueto, Susana Lanteri, Alicia Moreau, Cecilia Grierson, Evita o Cristina -todas ajenas a ella y democráticas-).
HAY QUE SER MUY HOMBRE Y BIEN NACIDO, PARA RECONOCERLO. GRACIAS, MUJERES!. LAS QUE ENTREGAN SUS VIDAS, PARA QUE HAYA VIDA Y SEA DIGNA. JULIO 16 2025.
(*) Dirigente histórico de Jubilados Argentinos