

Por Santiago Ali Brouchoud (*)
Entre 1878 —actos preparatorios— y 1885 se produce la segunda campaña o conquista del desierto. Fue comandada por el tucumano Julio Argentino Roca, muy ligado a la oligarquía porteña. Roca sería posteriormente dos veces presidente y el hombre fuerte de la democracia amañada (surgida luego de la derrota de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros en manos de la alianza de algunas provincias argentinas con Uruguay, Brasil y el Reino Unido de Gran Bretaña, al mando de Justo José de Urquiza) hasta las primeras elecciones limpias de 1916. Recordamos que en la parte 4 de esta historia nos referimos a desarrollo de la primera campaña que comandó Don Juan Manuel de Rosas. El objetivo de la campaña era conquistar las tierras habitadas por los indígenas que eran pueblos originarios. Eran vastas tierras que abarcaban el territorio de varias de las actuales provincias argentinas ubicadas en la Patagonia y su incorporación efectiva al territorio nacional. La campaña consistió en una serie de expediciones militares que avanzaron sobre los territorios indígenas con tácticas y estrategias de guerra. Se asesinó a muchos guerreros autóctonos; se capturó a hombres, mujeres y niños y hubo miles de desplazamientos. Luego de la campaña se desarticularon las comunidades indígenas.
La expansión territorial al ocuparse la Patagonia permitió el crecimiento de la producción agrícola ganadera. En el pasado y en el presente despertó y despierta fuertes controversias está Campaña. Al principio los nombres de Roca y sus altos oficiales fueron enaltecidos y con sus nombres se inauguraron plazas y calles en todo el país. Para algunos fue (o la presentaron como si lo fuera) una gesta heroica que afianzó a la Nación y el Estado argentino. Pero para muchos y en un número creciente fue un Genocidio en dónde no existía desierto pues estaba poblado por sus habitantes ancestrales y los beneficiarios al adueñarse de tierras fueron los ricos asociados al régimen de democracia fraudulenta subordinado en lo internacional al Reino Unido de Gran Bretaña. Combatió contra ranqueles, pehuenches, tehuelches y mapuches. Cuando se habla de los mapuches desde el poder y la derecha se les sustrae el nombre y se los llama araucanos. Se les dice desde uno y otro lado de la Cordillera de los Andes antiargentinos y antichilenos, cuando siempre vivieron en ambos lados de la Cordillera y preexistieron étnica y culturalmente a la formación de los estados Nación e incluso a la llegada de los españoles a América. Como ejemplo similar está la Nación guaraní que habitaba y habita zonas de los actuales estados de Bolivia, Paraguay, Brasil y Argentina.
Los pueblos originarios sufrieron además de despojo de tierras, muertes, desplazamiento, servidumbre y aculturación. No sólo los hombres fueron a avasallados sino también mujeres y niños. La campaña de Roca abarcó la región pampeana patagónica. Cómo ya relatamos desde el primer virrey del Río de la Plata Pedro de Cevallos se propuso ocupar y someter esos territorios y luego se desechó. Más tarde la Primera Junta se planteó una expedición y entre 1820 y 1824 el gobernador de la Provincia de Buenos Aires hizo expediciones contra las poblaciones indígenas dentro del territorio que gobernaba. En muchos casos se buscaba frenar los malones y ampliar las estancias bonaerenses que ya eran latifundios.
Con los territorios conquistados en la campaña se crea una primera gobernación de la Patagonia y posteriormente los territorios nacionales de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Se establecieron en 1884 a través de la ley 1532. Los territorios nacionales eran entidades administrativas que dependían directamente del PEN y carecían de autonomía política. Es de destacar que cuando se habló en el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) de trasladar la Capital de la Nación Argentina se propuso Viedma que con él nombre de Mercedes de Patagones había sido capital de la Gobernación de la Patagonia.
Acerca de las tácticas y estrategias para contener las incursiones de los indígenas en la provincia de Buenos Aires Alsina que fue Ministro de Guerra y Hacienda en el gobierno de Avellaneda se planteó construir zanjas de tres metros de ancho y dos metros de profundidad. A su muerte en 1877 lo sucedió en el Ministerio Roca que cuando ya se habían realizado 370 km de zanja, abandonó su construcción. Roca pensaba que había que organizar muchas expediciones de 300 hombres y realizó tres expediciones. Por último, cabe señalar las vastas similitudes, pero también algunas diferencias, entre las campañas al desierto de Rosas y Roca. En ambas campañas al desierto se produjo la apropiación de tierras ancestrales de los pueblos originarios y su reparto entre amigos de los gobiernos, el asesinato de indígenas, el desplazamiento con distintos destinos a guerreros, mujeres y niños y la destrucción de las comunidades. En ambos casos Rosas y Roca se aliaron con ciertas tribus y aprovecharon los conflictos que estas tenían con otras. Por último, cabe señalar que se conquistaron 500.000 km cuadrados con la Campaña de Roca y se dio muerte a 14.000 guerreros cuando 44 años antes con Rosas algunos dicen que murieron 3.200 y el historiador revisionista Adolfo Saldías postula que hubo de 10.000 a 12.000 muertos. Por otra parte, la Campaña de Roca supera claramente a la de Rosas en la cantidad de rehenes o cautivos que sin datos precisos se calcula en varios miles. Queda claro que en Argentina, por las campañas, enfermedades y otras causas, la población posee menor proporción de descendientes de pueblos originarios que otros países de América, a lo que hay que sumarle la gran inmigración europea recibida por el fomento que recibió desde la constitución de 1853, los distintos gobiernos y las clases dirigentes.
Séptima entrega de la historia focalizada en el tema agrario , que es la historia de un país primero colonial, del sur global, como consecuencia dependiente y subdesarrollado, servidor de intereses ajenos a la vida de su pueblo, que desde el golpe cívico y económico de 1976 a reprimarizado su economía sirviendo al desarrollo ajeno en detrimento propio, por el ejercicio del poder de una clase dominante perfectamente adaptada históricamente como un engranaje más del sistema capitalista mundial liderado por potencias imperiales, primero por Inglaterra y posteriormente por EEUU. La idea es presentar en forma amena y rigurosa, distintas notas que den continuidad al relato histórico y emancipador que aspiramos al exponerlas.
(*) Fundador del Movimiento Federal por la Soberanía Nacional. Colaborador en Argentina con el Semanario Vanguardia Campesina