08/09/2025 - Edición Nº1833

Economía y Política | 7 sep 2025

Milei Realismo magico

La libertad de Cristina debe ser conquistada, jamás mendigada.

Si tenemos en claro que Cristina Fernández es una presa política, no se puede aceptar que su libertad sea producto de una concesión. Si tenemos en claro que los que han hecho un desfalco con la economía y los recursos del país, no solo no están presos, sino que mantienen un cierto reconocimiento de la sociedad, estamos ante dos elementos: el primero es que en la argentina no pagan los poderosos ni sus muñecos, y el segundo es que la hegemonía producto de la hegemonía comunicacional y cultural han hecho estragos en la conciencia nacional.


Se dice que la confiabilidad de una cadena está determinada por el eslabón más débil, y el eslabón más débil del campo nacional y popular es la expresidenta, y lo es por ser una prisionera política, por decreto de la embajada de EEUU, los cipayos de las oligarquías locales y la familia judicial. Esta última siempre bien dispuesta a inclinar la balanza a favor de los patrones. No se necesita ser un experto para darse cuenta que la estructura de instituciones y alianzas que propicio su derrota electoral y su prisión posterior es aquella que sumado todos los neoliberalismos extremos aplicados en democracia nos trajo hasta la fecha, que explica una parte importante del desquicio actual. El muñeco volátil que hoy en apariencia gobierna es insostenible, además de la voracidad pirata (es ahora o nunca más) que guía a sus cortesanos, lo que muestra que nuestra oligarquía y sus socios foráneos, se han dado lujos propios de las épocas más bananeras de las historias latinoamericanas. Ello habla también de nosotros, estamos también dentro de la cloaca.

Pero hay que ir al punto, porque el punto al final no es ellos, somos nosotros, porque la estructura de la dependencia le es funcional a una minoría y esa estructura tiene una potencia historica cuyas raíces se alimentan y alimentan el capitalismo central, en detrimento de la periferia. Para decirlo metafóricamente en ese contexto es más fácil ser Rivadavia que San Martin y es más fácil y cómodo ser Cornelio Saavedra que Mariano Moreno, ser conservador que ser revolucionario. La libertad exige muchas veces poner en juego la vida, y significa ir muchas veces contra quienes tienen, las balas, los fusiles y los mercenarios. ¿Tenemos dirigentes de ese calibre?, dispuestos a jugarse el pellejo por causas nobles, en una sociedad que culturalmente a cambiado tanto que los mismos que antes necesitaban  imponerse con  el poder duro (dictaduras) para obtener sus objetivos politicos , hoy lo consiguen con el poder blando (democracia representativa).

Convengamos que estamos muy lejos de otras épocas para que, de la boca de un presidente elegido democráticamente, volátil, pero presidente al fin, se escuchen frases donde se adjudica ser un topo que vino a destruir el Estado, o ataque la idea de la Justicia social llamándola monstruosidad, o defienda históricamente la argentina preperonista donde prácticamente no existían los derechos para el pueblo. Se trata de una franca derrota cultural sobre el campo nacional y popular.

Ahora entramos al punto de lleno, y el punto es que Cristina presa es el límite que hay que franquear si queremos imponer políticas populares o sea a favor de las mayorías. Y franquear quiere decir que la libertad de Cristina no debe ser mendigada sino impuesta por la fuerza. Y se debe resolver con el juicio político y publico de todos los jueces intervinientes y la destitución completa de los integrantes actuales de la Corte Suprema como primer paso. Como segundo punto se necesita negociar la deuda pública con el FMI con los responsables del defalco en el banquillo de los acusados y con la exposición clara de todos los beneficiados del gran capital. En este punto si necesitamos un NUNCA MAS.  Sin estas batallas previas en el corto, mediano o largo plazo como guías centrales que nos pongan en el timón del destino nacional, nuestro pueblo como ahora estará condenado al eterno fracaso y la pobreza planificada, porque es imposible pensar en el desarrollo nacional sin Independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política. No se necesita ser un experto para entender que mientras  el FMI maneje la política económica no vamos a tener soberanía económica, mientras se incremente la pobreza no vamos a tener  justicia social, y mientras a un presidente electo por una mayoría se le de gobernabilidad para destruir el Estado,no vamos a tener  soberanía política.

Carlos Macchi

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