23/09/2025 - Edición Nº1848

Economía y Política | 19 sep 2025

Escenarios desconocidos

CRISIS

Argentina vive una crisis múltiple, novedosa y profunda que no puede entenderse desde una sola dimensión, y que se expresa en aparentes paradojas: El gobierno se encolumna con el imperio en repliegue en una crisis orgánica que ya muestra cambio de actores geopolíticos y propone dolarización en un mundo que se desdolariza y apertura comercial en un mundo con creciente proteccionismo. Se destruye el Estado desde adentro en busca de estabilización y privatización, pero potencia la desestabilización y pierde hegemonía con lo que deteriora la acumulación de capital y la dominación. Un presidente economista con un plan económico inconsistente y fallido no solo provoca crisis económica, sino crisis política e institucional, que ha ingresado en crisis de hegemonía y escalada de conflicto que se encamina al colapso y ruptura. Escenarios posibles abiertos transitando lo desconocido.


Por Juan Pedro Chrestia

Introducción

El 13 de marzo de este año dije en este medio que Argentina entraba en un Punto de Inflexión ante el cual se abrían tres escenarios posibles:

a) Continuidad y statu quo;

b)  deterioro gradual y evidencia de CRISIS

 c)  colapso de la situación y RUPTURA de la evolución reciente.

Al 19 de septiembre podemos concluir que se manifiesta la CRISIS en su mayor amplitud y profundidad y se transita hacia un colapso (aunque con síntomas de paradoja, ambigüedad y novedad propios de LO DESCONOCIDO).

Argentina atraviesa una de las etapas más complejas de su historia reciente.

A diferencia de 2001-2002 ahora se da una crisis mundial y regional en el marco de la cual se desarrolla la crisis argentina.  

La crisis orgánica mundial enmarca las crisis de hegemonía, institucional, judicial, política, y económica en Argentina, que no solo se entrelazan, sino que se retroalimentan, generando un escenario de alta incertidumbre, fragmentación social y polarización política.

Este ensayo propone una lectura crítica de estas dimensiones, explorando sus causas estructurales, sus manifestaciones actuales y sus implicancias para el futuro democrático popular.

1. CRISIS ORGÁNICA (Antonio Gramsci)

La crisis consiste justamente en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer, y en este terreno se verifican los fenómenos morbosos más diversos” (Gramsci)

Con el concepto de “crisis” Gramsci identifica una fase histórica compleja, de larga duración y de carácter mundial, y no uno o más acontecimientos que sean las manifestaciones particulares de ella. El concepto de crisis define, en efecto, aquello que habitualmente se denomina “período de transición”, es decir un proceso crucial en el cual se manifiestan las contradicciones entre la racionalidad histórico-política dominante y el surgimiento de nuevos sujetos históricos portadores de inéditos comportamientos colectivos. Se trata de un proceso que tiene muchas manifestaciones y en el cual las causas y los efectos se complican y se superponen.

Consiste en la identificación de ella como proceso que involucra al conjunto de la vida social, razón por la cual no puede ser reducida a sus aspectos particulares: crisis financiera, crisis de autoridad, crisis comercial, crisis productiva, etc.

El capitalismo gerenciado por el Estado e institucionalizado en Breton Woods 1944 (BM, FMI, Patrón Dólar-oro) finaliza en 1971 con el fin de la convertibilidad del dólar y el tipo de cambio fijo y se inicia el Capitalismo Financiarizado globalizador gerenciado por Organismos Financieros al servicio de transnacionales privadas. Esta nueva fase es legitimada con el discurso del Neoliberalismo anti-estatal y pro-individualismo emprendedor. Y desplaza la responsabilidad de coordinación de los estados al Mercado: el crecimiento y la distribución es remplazado por “la austeridad” y el “crédito” (DEUDA) tanto a nivel estatal, privado e individual.

Pero la crisis de 2007-08 se inicia en EEUU y en el corazón financiero de Wall Street (caída del megabanco Lehman Brothers), continúa con el surgimiento de China y los BRICS, y se profundiza con la guerra OTAN-RUSIA en 2022. Con el gobierno de Trump 2025 y sus arancelazos el capitalismo financiarizado entra en fase de proteccionismo, desglobalización y desdolarización, y con la principal potencia siendo el principal deudor del mundo: la deuda estatal de EEUU ya es del 123% de su PBI y el 15% de la deuda total mundial y crece al ritmo de su déficit fiscal y externo, lo que ha provocado su baja en la calificación de riesgo y constituye un factor desestabilizante en la dinámica financiera y monetaria global.

En ese contexto mundial el gobierno de Milei se alinea incondicionalmente con EEUU e Israel en política internacional, vuelve a acudir al endeudamiento con el FMI Y sus condicionalidades, y no ingresa a los BRICS como estaba previsto. De esta manera, internaliza la crisis orgánica global al interior de Argentina alineado con el estado en repliegue.

2. Crisis de HEGEMONÍA (Nancy Fraser)

Esta lúcida intelectual autodefinida como “neo-marxiana” habla de las contradicciones políticas del capitalismo financiarizado: paradójicamente su subsistema económico depende de un conjunto de condiciones extra-económicas de fondo (desde la reproducción social hasta las capacidades del poder público que garantice derechos de propiedad y acumulación de capital).

Como el discurso hegemónico neoliberal separa tajantemente la economía de la política, pero existe esa relación con dependencia entre ambas, es fuente intrínseca de inestabilidad potencial. Los esfuerzos por “liberar” a la economía del “ruido” de la política tienden a ser contraproducentes a la larga, y potencian la tendencia inherente del capitalismo a la crisis política: “la economía rebasa a la política, devora el poder público y desestabiliza esos mismos organismos políticos de los que depende el capital”.

El resultado es una Crisis de Hegemonía cuando la opinión pública reacciona contra un sistema disfuncional que está fallando. Las fuerzas populares retiran su legitimación a los acuerdos existentes y buscan reconfigurar el mapa institucional de la sociedad, en parte reinventando poderes políticos que sirvan al interés público.

Pero no es automático ni reflejo mecánico de las condiciones económicas y sociales la respuesta de los actores político-sociales: depende del “sentido común” con que experimenten e interpreten esas condiciones.

Y aquí se produce la disputa hegemónica, no sólo entre discursos en la batalla cultural por el sentido común, sino entre fuerzas políticas con su experiencia histórica y sus proyectos diferenciados.

LLA y el gobierno de Milei-Villarruel y sus aliados han perdido influencia en la opinión pública además de votos, y están deteriorando la eficacia del discurso neoliberal que legitima la dominación económica de sus mandantes y la efectividad de su capacidad de disciplinar y mandar.

3. Crisis institucional

Tradicionalmente se entendía como ruido en la división de poderes o golpes (duros o blandos).

Hoy es necesario ampliar y profundizar la mirada porque la crisis institucional excede en mucho a la disfuncionalidad de “la república”: las instituciones que deciden y gobiernan están fuera del país y del ordenamiento jurídico interno; los poderes públicos carecen del peso necesario para gobernar efectivamente.

Cualquier juez de EE.UU. decide sobre la deuda externa argentina o sobre la nacionalización de YPF; el CIADI (agencia del Banco Mundial) decide sobre cumplimientos de contratos en defensa de “inversores” privados; los embajadores de EE.UU. influencian al poder judicial sobre fallos relacionados a “corrupción” y proscripción política; el Pentágono patrulla el océano atlántico y cuida “nuestros” recursos naturales; las FFAA y FFSS son encolumnadas para combatir el narcoterrorismo y los movimientos sociales insurgentes bajo la doctrina de seguridad nacional (de EE.UU.); funcionarios de EE.UU. presionan al gobierno y al estado argentino a romper relaciones y contratos con China porque es su principal enemigo; y el propio gobierno argentino propone la dolarización que es eliminar la moneda propia y adoptar una extranjera.

Es una Crisis de Estado: un estado en disolución que elimina agencias y empleados en pos de “superávit fiscal” para pagar deuda, sin moneda y sin banco central, sin soberanía, sin poder judicial efectivo propio, con FFAA orientadas al “enemigo interno”, y tomando deuda externa en condiciones incumplibles autorización del Congreso.

4. Crisis judicial

El Poder Judicial argentino enfrenta una crisis de legitimidad y funcionalidad. La Corte Suprema opera con vacantes sin cubrir, fallos demorados y conflictos internos. La ciudadanía percibe a la justicia como lenta, parcial y alejada de sus necesidades.

Pero es mucho más grave el intento fallido de nombrar jueces en la corte mediante DNU y la integración actual de dos jueces que aceptaron asumir por decreto en 2016. También el avasallamiento del Consejo de la Magistratura por un cortesano en actitud golpista como la reunión secreta de un grupo de jueces federales, funcionarios porteños, ex agentes de inteligencia y directivos del Grupo Clarín en la la residencia del empresario británico Joe Lewis, ubicada en tierras lindantes con Lago Escondido.

Esta situación no sólo revela una falla en la capacidad del sistema judicial para sostener el Estado de derecho y la seguridad jurídica que afecta tanto a ciudadanos como a sectores productivos, generando incertidumbre y desincentivando la inversión, sino que convalida nuevamente la Doctrina de los Gobiernos de Facto de 1930 mediante fallos y actos inconstitucionales junto con actos de proscripción política.

5. Crisis política

La PROSCRIPCION de CFK y su encarcelamiento mediante LAWFARE (que es guerra híbrida y no aplicación de derecho), el creciente ausentismo electoral desde 2017, la evidencia de tres gobiernos fallidos de distinto signo político desde 2015 a la fecha, la fuerte tensión al interior de las alianzas político-electorales actuales, y los resultados electorales en distintas provincias en 2025 que muestran dispersión y un techo a la acumulación política del gobierno, evidencian la fragmentación  y la inestabilidad política creciente en el país.

El Régimen libertario expresado electoralmente en LLA ha perdido aliados y votos. El PJ nacional renovó autoridades sin interna partidaria y tiene como presidenta a la principal líder política del país proscripta y presa. Surge la neo-avenida del medio (siempre promovida por EE.UU. y sus aliados) en formato de Provincias Unidas conformada por seis gobernadores.

Ninguna fuerza política consolidada y con posibilidades de hegemonizar y acumular poder suficiente para imponer reglas al resto, conforma una configuración de fragmentación en escalada de conflicto y desestabilización, con síntomas de disolución nacional y pérdida de soberanía.

6. Crisis económica: ajuste, inflación y desigualdad, ESTANFLACIÓN

La economía argentina arrastra problemas estructurales desde hace décadas: déficit de balance de pagos externo, inflación estructural y multicausal persistente, dependencia externa mediante endeudamiento y bajo nivel de inversión.

La Teoría de la Dependencia sostiene que el imperialismo y la deuda externa impiden cualquier plan de desarrollo sostenible y de distribución equitativa del ingreso. El coeficiente Gini (desigualdad) ha empeorado (de 0.41 a 0.45) y la Remuneración del Trabajo en el valor agregado bruto también (del 52% al 41%).

 Desde el   estructuralismo latinoamericano se interpreta esta crisis como resultado de contradicciones internas del capitalismo periférico. La descomposición de la tasa de ganancia, la fuga de capitales y el agotamiento del modelo productivo local explican el estancamiento desde 2012. Y como va acompañado de tasas de inflación muy altas es claro que se trata de una situación de ESTANFLACIÓN, en la cual la caída del salario real ha desplomado el consumo interno y el ajuste fiscal la inversión, pero no se ha logrado bajar la inflación al nivel de 2015.

El modelo libertario de Milei propuso un ajuste fiscal extremo, eliminación del Banco Central y eventual dolarización para eliminar la inflación, aplicando política monetaria restrictiva en todas sus variantes. Pero ha sido una política ineficaz y debió recurrir a nuevo endeudamiento con el FMI y con OOII y bancos extranjeros para intentar recomponer reservas internacionales y afrontar pagos de deuda. No ha logrado sostener sus distintos regímenes cambiarios y asiste a una presión del tipo de cambio creciente que debe afrontar con reservas netas negativas del BCRA. Así, Argentina ha ingresado en la tercera crisis de deuda con alto riesgo de default en medio de una fuerte corrida cambiaria que lleva varios meses de desarrollo.

La macroeconomía muestra desequilibrios profundos en los cuatro sectores: déficit externo, déficit fiscal oculto por no contabilización de intereses, fuerte endeudamiento y emisión monetaria que pasa del BCRA al Tesoro, y desequilibrio ahorro-inversión.

NO es la política ni las derrotas parlamentarias o electorales lo que han provocado la crisis económica, sino a la inversa.

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