Lo que sucede con el retraso del pago del salario del mes de noviembre  a los  empleados municipales de Púan, es el claro ejemplo de una parábola que nace con el discurso expandido a nivel nacional del ajuste o la motosierra, hecho carne como parte de la propaganda para ganar  del reciente electo intendente de JXC, que termina con el pedido de la  escupidera  al Estado provincial  para que se haga cargo de los salarios municipales. Gano el ajuste 70 a 30, y ahora cuando solo quedan los heridos, la única ambulancia posible de concurrir a recogerlos para hacerse cargo cuando no hay beneficio capitalista, es el tan vapuleado Estado. Se recurre al Estado Provincial para que ponga los 250 millones de pesos para pagar los sueldos de noviembre. Todo esto con el agravante  que el salario de noviembre ya no es más el salario de noviembre, alcanza para un 50% menos pues ha perdido el poder de compra. Por otro lado el pueblo argentino se hará cargo de la deuda en dólares de los importadores, una deuda tan grande como la contraída con el  FMI, lo que configura como dijo Rodolfo Walsh al cumplirse el primer aniversario del golpe civio- militar  de 1976 , en una carta  histórica dirigida a la junta militar , la miseria planificada. Las formulas dictadura-Deuda y  democracia -Deuda son la continuidad de una derrota histórica del campo popular en varios planos pero fundamentalmente una derrota que se infringe a la memoria histórica del pueblo, que se consolida con encumbrar a la presidencia de la nación a los más rancia casta de la oligarquía plutócrata y sus variantes hereditarias del capitalismo vernáculo local e internacional financiero. “Hay que esperar” es la frase que se escucha en algunos  jóvenes e inadvertidos votantes de Milei. Por mas  que se vea el truco del mago o se acepte que es una ilusión, la frase es “hay que esperar “, y esperar significa  que se consume la estafa y se consolide la pobreza. Para comprar una ilusión se necesita un contexto fuerte y un claro “culpable” , la inflación y la estigmatización del gobierno de Néstor y Cristina, mas los 70 años de decadencia,  todo adobado con las nuevas técnicas de comunicación instantáneas, de unas pocas palabras (frases)  efectistas y varias veces repetidas en todos los ambitos posibles.Cuando se compra una ilusión, por ejemplo la nuestra fue la de Sergio Massa, una variante neoliberal matizada con peronismo, no se puede comprar el truco como verdadero en su totalidad,  dado que si bien el conejo puede ser sacado varias veces de la galera, se trata siempre del mismo conejo. Muchos compraron el truco de Milei no porque les gustara la magia, sino porque pensaban que podían comer milanesa de  conejo todos los días, es decir que el ajuste era para otros que la misma ilusión ubicaba en los planeros o la casta. Bueno ya se comieron el conejo, ahora hay que esperar que vuelvan  a repetir el truco en el  siguiente almuerzo, mientras el campo popular debería procurar aumentar el grado de organización, de participación y el debate profundo que vaya más allá de lo electoral y que le dé un nuevo sentido emancipatorio a las luchas populares por venir.