

POR: Xavier Chiriboga Maya[1].
“Los Estados Unidos “parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad” (Bolívar)
Estados Unidos logró su independencia en 1776, 50 años antes que Latinoamérica, lo que le permitió establecer una nación organizada con vínculos comerciales con Europa. Por otro lado, la revolución norteamericana fue impulsada por líderes de alto nivel intelectual como Washington y los demás "Padres Fundadores", mientras que Simón Bolívar, aunque brillante, tuvo menos apoyo intelectual en su lucha por la independencia. Además, el coloniaje en Norteamérica fue racista y exterminó a las poblaciones indígenas, mientras que en Latinoamérica se produjo un mestizaje entre europeos y pueblos originarios.
Esto permitió a los Estados Unidos, crear un poderoso ejército y desarrollar la “Doctrina Monroe”, proclamada en 1823 por el presidente James Monroe: “Establece que cualquier intervención europea en América sería vista como una amenaza para Estados Unidos, fundamentándose en el principio "América para los americanos".
Sirviendo esta premisa como justificación para su imperialismo en América, por ella se ha llamado a Latinoamérica el “Patio Trasero” de los Estados Unidos. Bolívar, por su parte, siempre vio con recelo la influencia de Estados Unidos en América Latina, especialmente por esta doctrina; así lo expresó, en muchas de sus cartas.:
Las Goletas Tigre Y Libertad
De esta forma cuando Bolívar luchaba por formar Colombia, La Grande, Ya había tenido algunos roces con el imperialismo yanqui que se había declarado “neutral” en nuestra independencia: A pesar de ello, los Estados Unidos ayudaron a los españoles para quedarse con los despojos de ese imperio.
En 1817, Simón Bolívar retuvo las goletas Tigre y Libertad, de bandera estadounidense, tras ser capturadas por patriotas venezolanos por violar el bloqueo del río Orinoco y transportar armas y suministros para las tropas españolas. A pesar de la intervención del emisario estadounidense Bautista Irvine para negociar su devolución, Bolívar se negó a liberarlas, manteniendo su postura firme en el conflicto con el imperialismo yanqui: “Lo mismo es para Venezuela combatir contra España, que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende”. (Simón Bolívar)
República Bolivariana de la Florida
Otro episodio fue la fundación de “La República Bolivariana de la Florida” fue un intento de independencia en 1817, liderado por Simón Bolívar y el General Gregorio MacGregor, quien tomó la isla Amelia y proclamó la independencia de España. Se estableció un gobierno revolucionario en Fernandina con figuras como Luis Aury y Pedro Gual, con el objetivo de expandir la lucha por la independencia hacia Cuba y Puerto Rico. Sin embargo, la república solo duró 66 días, ya que, en septiembre de 1817, Estados Unidos y España recuperaron el territorio, finalizando el experimento. En 1819, España cedió Florida a Estados Unidos mediante el Tratado de Adams-Onís.
Simón Bolívar vino al Perú, en septiembre de 1823 con el objetivo de consolidar la independencia del país. Había logrado ya consolidar la Gran Republica de Colombia, entre 1812-1822, de manera colosal: “Nadie podrá quitarme la honra de haber humillado al León de Castilla desde el Orinoco hasta el Potosí” (Bolívar)
Llegó al Callao, Perú, el 6 de agosto a bordo del bergantín Chimborazo, tras ser invitado por el Congreso peruano para liderar la lucha contra los realistas. Su llegada fue celebrada por la población y autoridades, quienes veían en él la esperanza de liberación del dominio español. Bolívar asumió poderes dictatoriales, reorganizó el ejército patriota y lideró campañas decisivas, las Batallas de Junín y Ayacucho en 1824, que pusieron fin al dominio español en Sudamérica. Su presencia fue clave para la consolidación de la independencia y la formación de instituciones republicanas en el país.
La Rebelión “Colombiana” en Lima 1827:
En abril de 1826, Paéz había liderado una sublevación separatista en Venezuela llamada La Cosiata. Aunque Bolívar logró controlar la situación en enero de 1827, su decisión de no castigar a Paéz generó el resentimiento de Santander quien odiaba a Paéz.
Poco después, el 26 de enero de 1827, estalló una rebelión de soldados colombianos en Lima, liderada por el sargento Bustamante, que contaba con 2,700 hombres, celebrada con fuegos artificiales en Bogotá por los santanderistas. Esta rebelión fortaleció la oposición a Bolívar y desencadenó eventos que llevaron a la separación de la Gran Colombia tres años después.
Santander escribió inmediatamente a Bustamante ofreciéndole garantías y todo su apoyo:
«Ustedes uniendo su suerte, como la han unido, a la nación colombiana y al gobierno nacional bajo la actual Constitución, correrán la suerte que todos corramos. El Congreso se va ha reunir dentro de ocho días, a él le informaré del acaecimiento del 26 de enero; juntos dispondremos lo conveniente sobre la futura suerte de ese ejército, y juntos dictaremos la garantía solemne, que a usted y a todos los ponga a cubierto para siempre».
No pasaría mucho tiempo en descubrirse que la rebelión de este oscuro sargento, lejos de buscar la defensa del orden constitucional había sido una traición a la patria, bien pagada por la aristocracia de Lima, que deseaba que las tropas colombianas defensoras de la Confederación de Colombia y el Perú abandonaran su territorio, para así apuntalar el «feudalismo peruano».
Lo interesante de esta rebelión es que la correspondencia oficial de William Tudor Jr., cónsul estadounidense en Lima, revela claramente que éste estuvo estrechamente vinculado a los acontecimientos. Al informar el 3 de febrero de 1827 a su secretario de estado, Henry Clay, expresó:
“…Entre los papeles de Lara se encontraron muchas importantísimas cartas de Bolívar, de Sucre y de otros generales, las cuales arrojan considerable luz sobre los designios del primero y serán una ayuda poderosa para Santander en sus esfuerzos para proteger la Constitución de Colombia contra los pérfidos designios del Usurpador”.
Se desprende del documento citado que el gobierno de los Estados Unidos había visto en Santander el hombre clave que podían utilizar para enfrentar los «subversivos» planes de Bolívar. Mas adelante continúa Tudor revelando su animosidad hacia Bolívar y a sus ideas más revolucionarias:
«La esperanza de que los proyectos de Bolívar están ahora efectivamente destruidos, es una de las más consoladoras. Esto no es solo motivo de felicitación en lo relativo a la América del Sur, liberada de un despotismo militar y de proyectos de insaciable ambición que habrían consumido todos sus recursos, sino que también los Estados Unidos se ven aliviados de un enemigo peligroso en el futuro…si hubiera triunfado estoy persuadido de que habríamos sufrido su animosidad. (…)
El Loco de Colombia
…su fe principal (la de Bolívar) para redimirse ante el partido liberal del mundo la tiene depositada en el odio a la esclavitud y el deseo de abolirla. Leed su incendiaria diatriba contra ella en la introducción a su indescriptible Constitución; tómese en consideración las pérdidas y destrucción consiguientes a la emancipación y que el régimen no podrá jamás ser restablecido en estos países; téngase presente que sus soldados y muchos de sus oficiales son de mezcla africana y que ellos y otros de esa clase tendrán después un natural resentimiento contra todo el que tome eso de argumento para su degradación; contémplese el Haití de hoy y a Cuba (inevitablemente) poco después y al infalible éxito de los abolicionistas ingleses; calcúlese el censo de nuestros esclavos; obsérvese los límites del negro, triunfante de libertad y los del negro sumido en sombría esclavitud, y a cuántos días u horas de viaje se hallan el uno del otro; reflexiónese que … la gravitación moral de nuestro tiempo…es la afirmación de los derechos personales y la abolición de la esclavitud; y, además, que, por diversos motivos, partidos muy opuestos en Europa mirarían con regocijo que «esta cuestión se pusiera a prueba en nuestro país»; y luego, sin aducir motivos ulteriores, júzguese y dígase si el «loco» de Colombia podría habernos molestado. ¡Ah, Señor, este es un asunto cuyos peligros no se limitan a temerle a él… ¡».
Esta última parte del documente revele que el temor al “Loco de Colombia” era por su deseo de “Abolir La Esclavitud” y el temor que ese espíritu llegase a los abolicionistas de las Antillas, de Europa y finalmente repercutiera en Norteamérica cuya economía se basaba en la esclavitud.
Tudor, informa que después de aquella sublevación de 1827, se organizaría un Congreso del que emergería el nuevo gobierno, y se encargó de convocar la presencia de destacados elementos opuestos a Bolívar, que se encontraban en el exilio. Sobre esto escribió:
“El doctor Luna Pizarro ha sido llamado y hoy le envié los decretos y cartas para su retorno. Yo he urgido su inmediato regreso: él es el más ilustrado, el más liberal y el más puro de los patriotas peruanos […]. También La Mar, con quien sostiene la más estrecha amistad, será, sin duda, elegido para la presidencia; bajo la dirección de esos dos hombres el Perú”.
El gran Bolívar recibió muchas veces el calificativo de loco. Esta vez lo usa de manera despectiva Mr. William Tudor Jr. Sin embargo, en 1825, la familia Washington envió un medallón de oro con la efigie del Libertador norteamericano y un mechón de su cabello, costumbre de la época. Se lo envían como reconocimiento por haber finalizado con el imperio español en Sudamérica y lo llaman el Washington latinoamericano. Lo hicieron a través del marqués de La Fayette, amigo y admirador de Bolívar, héroe de la Independencia norteamericana y de la Revolución Francesa:
“Faltábale a Napoleón el entusiasmo abnegado que pide la causa de la humanidad y que os mantendrá a vos, en un hemisferio esencialmente republicano, a la altura del título de Libertador tan justamente discernido a vuestros nobles esfuerzos y a vuestros gloriosos resultados”. (Lafayette-a Bolívar-)
1829 La Guerra colombo-peruana: Tarqui.
Las aspiraciones de la aristocracia de Lima no solo buscaban expulsar a las tropas colombianas, sino también apoderarse de Guayaquil. En coordinación con la salida del ejército colombiano, se produjo un movimiento federalista en Guayaquil, impulsado por los peruanos, que resultó en la proclamación de independencia de la provincia y la elección de José de La Mar como jefe civil y militar. Posteriormente, el Congreso de Lima eligió a La Mar como presidente en reemplazo de Bolívar, mientras se enviaban tropas peruanas a las fronteras de Bolivia y Colombia para fomentar insurrecciones en Ecuador.
Aprovechando la atención del Libertador en el conflicto interno de Colombia entre bolivarianos y santanderistas. El gobierno peruano, liderado por el mariscal José de La Mar, decidió invadir Bolivia y Ecuador para establecer su dominio en la región. A finales de 1828, las tropas peruanas invadieron Bolivia y, en enero de 1829, el sur de la Gran Colombia. Simultáneamente, los coroneles José María Obando y José Hilario López, apoyados por Santander, iniciaron una guerra civil en Nueva Granada.
El 11 de noviembre de 1828, el general José María de Córdova y Bolívar derrotaron a las fuerzas anti bolivarianas en Popayán. Posteriormente, Sucre derrotaría definitivamente a las tropas de La Mar en Portete de Tarqui (hoy territorio ecuatoriano) el 27 de febrero de 1829, garantizando momentáneamente la integridad de la Gran Colombia amenazada por los apetitos expansionistas del gobierno de Lima.
La Rebelión de José María Córdova
Ocurrió en Antioquia, Colombia, el 17 de octubre de 1829, se levantó contra el gobierno de Simón Bolívar. Córdova, un oficial antes muy leal al gobierno, se rebeló, lo que sorprendió y alarmó al Libertador. Córdova fue influenciado negativamente por José Hilario López, Obando, Santander y el cónsul británico en Bogotá, Mr. Henderson, quien tenía conexiones con Estados Unidos.
No era nada casual que Herderson tuviera estrechos vínculos con William Henry Harrison, ministro de Estados Unidos en Bogotá. Al cónsul británico Córdova había ofrecido un caudal de información estrictamente confidencial de la Gran Colombia y de los planes del Libertador.
El embajador Harrison escribía al departamento de Estado norteamericano, en septiembre de 1829:
«El drama político de este país se apresura rápidamente a su desenlace…En carta recibida la semana pasada y dirigida a un miembro de la Convención, residente en esta Ciudad, Bolívar propone la presidencia vitalicia…Los ministros están muy alegres con sus perspectivas de éxito. Confían en que no habrá la más ligera conmoción y que este importante cambio se realizará con la aquiescencia casi completa del pueblo…
Pero su confianza será su ruina. Una mina ya cargada se halla preparada y estallará sobre ellos dentro de poco. Obando se encuentra en el campamento de Bolívar seduciendo a sus tropas. Córdova ha seducido al batallón que está en Popayán y se ha ido al Cauca y a Antioquia, las cuales están maduras para la revuelta. Una gran parte de la población de esta ciudad está comprometida en el plan. Se distribuye dinero entre las tropas, sin que el gobierno tenga todavía conocimiento de estos movimientos.
Córdova procederá con prudencia. Espérese que en el curso de octubre o en los primeros días de noviembre principiará por publicar una proclama dirigida al pueblo».
Estas expresiones de Harrison, permiten concluir al historiador ecuatoriano Manuel Medina Castro: “Como se ve, Harrison maneja una vasta red de espionaje. El mismo Bolívar está cercado por el espionaje de Harrison. Toda su correspondencia va a manos de Harrison. Aparte de que Harrison está en el centro de la conspiración de Córdova”.
Bolívar envió fuerzas lideradas por el general Pedro Alcántara Herrán para sofocar la insurrección. La rebelión terminó con la derrota de Córdova en El Santuario, donde fue asesinado por el soldado Ruperto Hand La muerte de Córdova marcó el declive del movimiento opositor a Bolívar, pero también aceleró la desintegración de la Gran Colombia. José María Córdova sigue siendo recordado como un héroe de la independencia, nombrado por el mismo Bolívar.
Durante la rebelión de Córdova, Santander, exiliado por su implicación en un intento de asesinato contra Bolívar, se convirtió en su principal difamador. La prensa de EE. UU. y Europa difundió estas calumnias.
Al respecto, señaló Bolívar: «crecerán en superlativo grado las detracciones, las calumnias y todas las furias contra mí. ¡Qué no escribirá ese monstruo y su comparsa en el Norte (de América), en Europa y en todas partes! Me parece que ya veo desatarse todo el infierno en abominaciones contra mí».
Cuando el gobierno de Colombia comenzó a descubrir a los soterrados autores vinculados a la insubordinación de Córdova salió a la luz que Torrens, el encargado de negocios de México, Henderson, Harrison y otras personas particulares, sabían de la rebelión de Córdova desde antes que estallara; que algunos tenían correspondencia con él, y concurrían a juntas clandestinas en que se declamaba fuertemente contra el Libertador y su gobierno. A raíz de la investigación relacionada con la conspiración de Córdova, el Consejo de Estado de la Gran Colombia tomó la decisión de expulsar a los agentes extranjeros implicados en dicho asunto.
Sin embargo, Obando y otros adversarios de Bolívar lo criticaron por el asesinato de Córdova, lo que tuvo un impacto emocional significativo en el Libertador. En respuesta, Bolívar ordenó la condena y el destierro de Ruperto Hand, el autor material del asesinato de Córdova, y reafirmó la amnistía para los partidarios de Córdova. William Henry Harrison, quien arribó a Colombia en calidad de coronel, regresó posteriormente como general y más tarde ocuparía la presidencia de los Estados Unidos.
Toda la correspondencia de los embajadores de los Estados Unidos refleja un odio visceral hacia Simón Bolívar, más allá de las rivalidades geopolíticas y económicas ¿a qué se debía tal animadversión?
El racista ministro de Estados Unidos en España, Alexander H. Everett, dio en 1827 algunas de las claves:
“Difícilmente podría ser la intención de los Estados Unidos alentar el establecimiento de un despotismo militar en Colombia y Perú, cuyo primer movimiento sería establecer un puesto de avanzada en la isla de Cuba. Si Bolívar realiza su proyecto, será casi completamente con la ayuda de las clases de color; las que, naturalmente, bajo esas circunstancias, constituirían las dominantes del país. Un déspota militar de talento y experiencia al frente de un ejército de negros no es ciertamente la clase de vecinos que naturalmente quisiéramos tener…vacilaría mucho acerca de si estaría bien insistir por más tiempo sobre el reconocimiento de la República de Colombia como cosa agradable para los Estados Unidos».
El asunto en cuestión se fundamenta en el racismo, como se puede apreciar en el trasfondo de sus correspondencias. El resentimiento manifestado por Turner y Henderson hacia la raza "negra" revela, más que una simple aversión, un temor hacia una población negra liderada por un caudillo iluminado como Bolívar
La conspiración en contra de Simón Bolívar, orquestada por Estados Unidos, se intensificó en el territorio peruano, aprovechando la lucha interna que se desarrollaba en Colombia entre los bolivarianos y los santanderistas. A pesar de los logros alcanzados por Bolívar en 1826 al lograr la unificación de Sudamérica, su estado de salud sufrió un notable deterioro tras la "Conspiración Septembrina" del 25 de 1828, la cual fue planificada por Santander, quien como sabemos, contaba con el respaldo de Washington de ahí se infiere su complicidad. Como consecuencia de estos acontecimientos, Santander y la masonería fueron exiliados de Colombia.
Antonio José de Sucre jugó un papel crucial en la estabilidad de la región tras derrotar los planes peruanos en el Portete de Tarqui. Participó en la firma del Tratado de Guayaquil, que resolvió disputas territoriales entre Perú y la Gran Colombia, reafirmando la soberanía de Ecuador y evitando una guerra prolongada. Sin embargo, se distanció de la política activa debido a tensiones internas en la Gran Colombia.En 1830, fue elegido presidente de Bolivia, pero renunció rápidamente por oposición política y militar. En junio de ese año, fue asesinado en Berruecos, Colombia, marcando el fin de una era en la independencia sudamericana.
Apolinar Morillo fue el líder de los asesinos que mataron a Sucre en Berruecos, Colombia. Junto con Morillo, también participaron José Erazo y otros individuos bajo su mando. Erazo fue detenido y murió en prisión, mientras que Morillo fue fusilado en Bogotá. La evidencia sugiere que los generales José María Obando y Juan José Flores tuvieron un papel clave en la planificación del crimen. Obando, jefe del departamento del Cauca, y Flores, con intereses políticos en Ecuador, eran oponentes del proyecto de la Gran Colombia y se beneficiarían de la muerte de Sucre.
Simón Bolívar recibió la noticia en la Hacienda de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia. Esto ocurrió el 10 de julio de 1830. Sucre fue asesinado el 4 de junio del mismo año. La noticia fue un golpe devastador para Bolívar, quien consideraba a Sucre su sucesor político. Lo cual aceleró su muerte el 17 de diciembre de 1830 muriendo con él la Gran República de Colombia
La responsabilidad de la inteligencia norteamericana no se ha podido comprobar documentadamente, pero es Obando, la prueba viviente del complot yanqui: Este mismo general estuvo presente en la sedición de Córdova actuando coligadamente con el embajador de Washington en Colombia Harry Harrison.
CONCLUSIÓN
Las acciones emprendidas por los representantes del imperio norteamericano ponen de manifiesto que las operaciones políticas de inteligencia y manipulación llevadas a cabo por la CIA, fundada el 18 de septiembre de 1947, tras l la Segunda Guerra Mundial. Fueron inicialmente implementadas primero en América Latina, en el contexto inmediato posterior a la independencia. Este enfoque se centró particularmente en la oposición a Simón Bolívar y a sus ideales de unidad latinoamericana y libertad.
Además, tal intervención yanqui contribuyó de manera decisiva a la disolución de la Gran República de Colombia en 1830 con la muerte del genio. Sin embargo, no logró extinguir el "espíritu de Bolívar", el cual se fortalece día a día y ha sido adoptado como símbolo de libertad y unión latinoamericana.
BIBLIUOGRAFIA
Movimiento Cultural Bolívar Insurgente, CON EL MAZO DANDO, Venezuela: https://mazo4f.com/la-doctrina-monroe-contra-el-bolivarianismo
[1] Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Historia del Ecuador
Miembro Activo Sociedad Bolivariana del Ecuador
Magíster en Políticas Públicas.
Psicólogo-Investigador-Escritor: 20 libros publicados varios artículos académicos.
orcid.org/0009-0006-1446-1176